martes, 17 de febrero de 2009

Historias de un libro olvidado

Muchas de las historias de nuestra vida se componen de casualidades fortuitas o de nuestra intuición. El año pasado viaje por unas conferencias a unos cuantos destinos. En un avanzado Julio sufrí el calor de Grecia, sin mucha oportunidad de disfrutar de la playa.
De Grecia siempre me han encantado sus historias de dioses, aquellos mitos en forma de cuento que nuestra profesora de historia nos contaba de forma apasionada. El paso del tiempo hizo que simplemente retuviera la sensación de familiaridad.
En ese viaje no compré nada, pero pasarían unos meses hasta que llegué a Nueva York donde en un mercadillo de libros usados encontré "Érase una vez..." de Jean-Pierre Vernant y que rezaba en la portada Un relato de los mitos griegos. De entre toda la montaña de libros en inglés, escondido, quizás olvidado y bastante usado estaba este libro. Quizás su portada fue en un día blanca pero el paso del tiempo y el uso la había convertido en amarillenta.
No lo dudé y compré aquel libro, me pareció una segunda oportunidad para disfrutar de los mitos que tanto me divirtieron de niña y a la vez que no compré en la misma Grecia. Por un dólar encontré más de una historia en su interior. Además de los relatos, entre sus páginas había hojas con mensajes, una tal Sarah le explicaba a otra persona los pasos para escuchar mensajes de voz en el móvil sin entender el inglés, la fotocopia de un pasaporte de un hombre mexicano de mediana edad, una dirección de contacto por si pasaba algo de un hombre en Washington...
Quizás aquel hombre mexicano viajó en algún momento a Nueva York y su buena amiga Sarah le estuvo ayudando hasta establecerse y aquel familiar de Washington le llamó en más de una ocasión a aquel teléfono que explicaba Sarah...más de una conversación tendrían, sobre la vida en Nueva York y quizás sobre las historias de ese mismo libro.
Libro que ahora entretiene mis últimas horas del día.

6 comentarios:

Neki dijo...

Quizas sea el momento para que tu tb añadas algo a ese libro, no sabemos quien sera la siguiente persona en poseer las historias de otro.

Menudo chollo lo de las conferencias, Grecia, New York, West Lafayette (donde tengo un amigo estudiando)

Maj dijo...

Jajaja que interesante lo del libro! A mi me gusta leer asi que esos libros en principio amarillentos son los que guardan más misterio dentro de ellos! I debe ser curioso encontrarte en un libro la historia en pocas "pistas" de otra persona! Interesante asi que espero que disfrutes tu libro!
Un gran abrazo!

Txaritxu dijo...

@Neki
Jaja pues si me pillara en mi etapa destructiva del colegio más que aportar al libro sería todo lo contrario!
Uf que chungo, West Lafayette! Supongo que no hará otra cosa que estudiar porque eso estaba en mitad de na....que días más largos

@Maj
Si! Yo también! Cuando veo una feria de libros usados me gusta rebuscar porque siempre se encuentra algo interesante...y se te quedan los dedos que ni que un pulpo te hubiera escupido...Seriamente deberían tener un lavabo al final de la tienda.
Un abrazo!!

Anónimo dijo...

Quien le iba a decir a ese libro que iba a viajar tanto, es bonito imaginar todo lo que envolvió a la historia de ese libro.

Cuando me muera y mis objetos importantes para mi, se convertirán en banalidades para los que quedan detrás. Me da un poco de pena, pero la vida es así.

Neki dijo...

El siempre me dice q aquello es como en los simpson, a todos los lados hay q ir en coche y q le comen las musarañas

Txaritxu dijo...

@Flamio
Supongo que más que el monton de trastos que puedas dejar atrás, lo bonito es que en algún momento alguien se acuerde de buenos ratos contigo.
Yo si estuvieramos en los tiempos egipcios cuando enterraban con cosas que iban a necesitar en el otro mundo o valiosas para el difunto...en mi caso tienen que cavar bien hondo!

@Neki
Mi tour americano empezaba en West Lafayette, luego Chicago y por cierre Nueva York. Pues en Lafayette despues de recorrernos el pueblo solo quedaba ir en coche a un centro comercial. Que tardes tan tristes, te diré que unos nos saludaron desde el coche y otra vez una señora nos paró para comentar el buen estilo que llevamos de ropa (lo de la mujer...pa mi...) El caso es que después de un día creo que los autóctonos nos conocían.